Un carro bomba dirigido contra el director del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, el general Miguel Maza Márquez, explotó el 31 de mayo de 1989. A pesar de la magnitud de la carga explosiva, el alto mando sobrevivió.
A las 7:15 de la mañana, en la carrera séptima, en Bogotá, fue activado un carro bomba que contenía 110 kilos de dinamita, al paso del vehículo en el que se movilizaban el general Maza Márquez y su esquema de seguridad. El explosivo contenía tornillos, tuercas, balines y otros elementos metálicos que potenciaron su capacidad destructiva.
A raíz del impacto, Miguel Maza Márquez sufrió graves heridas en el tórax, sin embargo, las afecciones no fueron mayores porque el carro en el que se movilizaba estaba blindado. Algunas versiones de prensa informaron que la explosión dejó un saldo de siete personas muertas, mientras que otros medios aseguraron que fueron cuatro.
La onda explosiva causó daños en las puertas y ventanas de varios edificios aledaños y en las vitrinas de los establecimientos comerciales. Asimismo, averió el acueducto y generó inundaciones en el sector.
Posibles autores
Horas después del atentado, el General Maza Márquez denunció públicamente al excapitán del Ejército, Luis Javier Wanumen y al miembro del F-2, José Joaquín Rivera, como los posibles autores. Luego de ser capturados, las autoridades encontraron una grabación del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha que los vinculaba con grupos de autodefensas y de narcotraficantes.
El día del atentado un sujeto desconocido llamó a un medio de comunicación radial y le adjudicó el atentado al comando Claudio Medina del grupo de Autodefensa Obrera -ADO-.
En 1987, el Cartel de Medellín creó un plan para asesinar a Miguel Maza Márquez y al director de la DEA en Colombia, George Frangulle. Maza Márquez también había recibido amenazas de grupos armados de derecha. El grupo armado Juventud Anticomunista de Colombia, lo declaró objetivo militar por sus posturas en contra del Partido Comunista.